Una mezcla única entre la influencia de nuestra geografía, el conocimiento ancestral de nuestros pueblos originarios, y el talento y creatividad de las nuevas generaciones, hacen del capital cultural de Chile un orgullo para todo el país.
El patrimonio cultural de Chile es tan diverso como lo son nuestros paisajes y desafiante geografía, los que han definido la identidad de los chilenos. Históricamente las tradiciones de nuestros pueblos originarios, de norte a sur, se han fusionado con la energía de las nuevas generaciones, enriqueciendo nuestro capital cultural y permitiendo conectarnos a través de distintas expresiones que hablan de un país único.
Existen 10 pueblos originarios reconocidos en Chile, cuyas sabidurías y tradiciones milenarias nos llenan de historia y orgullo, y han marcado fuertemente nuestra identidad: Aymara, Quechua, Atacameño, Colla, Chango, Diaguita, Mapuche, Yagán, Kaweskar y Rapa Nui. Así, mientras en el norte se celebran festividades como el Carnaval Andino o la fiesta de La Tirana en el Desierto de Atacama, en el centro sur del país se viven las tradiciones de la cultura Mapuche con sus huertos medicinales y platos típicos que relevan las propiedades de nuestros productos endémicos, a la vez que se celebran fiestas como la vendimia en los valles de la zona central donde se producen vinos de categoría mundial. En Rapa Nui (Isla de Pascua) es posible adentrarse en la cultura isleña con sus imponentes moais y bailes típicos.
Chile cuenta con siete sitios que son patrimonio de la Humanidad por la Unesco, debido a su riqueza cultural e histórica: Valparaíso, la ciudad de Sewell, el camino inca Qhapaq Ñan, la isla de Rapa Nui, las oficinas salitreras de Humberstone y Santa Laura, las iglesias de Chiloé y los asentamientos de la Cultura Chinchorro. A estas, se suman otras dos postulaciones que podrían llegar a materializarse: Lota y Quinchamalí.
La cultura chilena se expresa en una amplia variedad de medios como la literatura, con premios Nobel, como Pablo Neruda y Gabriela Mistral, los que han impulsado el peregrinaje literario a Chile, así como la bestseller internacional, Isabel Allende, quien ha abierto camino a jóvenes escritores chilenos que están siendo señalados entre la nueva generación de narradores en español. Por su parte el arte chileno se ha instalado en el mapa mundial con pintores como Roberto Matta y Claudio Bravo. Imposible dejar de mencionar la recientemente conquistada industria cinematográfica de la mano de las nuevas generaciones que han posicionado a Chile en los premios Óscar desde la nominación de “No” (2012) de Pablo Larraín, como Mejor Película Extranjera, y “Una mujer fantástica” (2017) que logró llevarse la estatuilla en dicha categoría, hasta “Historia de un Oso” que ganó como Mejor Cortometraje de Animación en 2016. En la última edición, Chile se adjudicó la única nominación latinoamericana a los Óscar 2021 por el documental “El Agente Topo”.
Las artes escénicas cobran especial protagonismo durante el verano, cuando en Chile se vive el festival cultural de artes escénicas más grande de Latinoamérica, el Festival Santiago a mil, en el que participan los más reconocidos artistas locales y del mundo para generar un rico intercambio cultural al alcance de todos.
La calidad de vida en Chile es destacada a nivel internacional. De hecho, el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, nos ubica como el país con puntaje más alto de Latinoamérica. Este índice mide el nivel de desarrollo de cada país atendiendo a variables como la esperanza de vida, la educación y el ingreso per cápita. Chile además es uno de los tres países latinoamericanos en ser considerados “Democracia Plena” según The Economist Intelligence Unit 2020, lo que habla de la salud de sus procesos electorales y pluralismo, del funcionamiento de sus gobiernos, de la participación política, de su cultura política y libertades civiles. Además, Chile es uno de los países “más libres del mundo” de acuerdo al ranking de Libertad del think tank Freedom House, con 93 puntos de un total de 100.