Columna de Karla Flores, directora de InvestChile.
Chile y Francia tienen un compromiso con la transición energética y el desarrollo sostenible. Las compañías francesas ven en Chile un socio ideal en este camino”
Este 2024 celebramos este mes de octubre 140 años de relación y amistad entre Chile y Francia, un socio de máxima relevancia para nuestro país. Con Francia nos une una profunda convergencia de valores compartidos en torno a los principios de la democracia y el respeto irrestricto de los derechos humanos. Nuestros vínculos son múltiples, y se manifiestan en todos los ámbitos: social, cultural, y, por supuesto, económico.
Como es natural, la fuerza de esta alianza se ve también reflejada en la inversión. Sabemos que los planes de expansión de muchas compañías francesas en América Latina comienzan por Chile, en sectores tan relevantes como energía, minería, industria agroalimentaria, financiero y servicios.
La Unión Europea en su conjunto es el principal inversionista en Chile, con más de 25% del stock de inversión extranjera directa en el país. De este total, la inversión proveniente de Francia ocupa el séptimo lugar. Estamos convencidos de que existe espacio para que la inversión francesa siga creciendo de manera significativa.
Por esta razón, Francia fue seleccionado como uno de los destinos clave de los esfuerzos de promoción de InvestChile dentro de Europa, lo que fue reforzado a comienzos de 2023 con el nombramiento del agregado Presidencial de Inversiones en París. Su función, además de mantener una comunicación fluida y constante con las casas matrices de las compañías francesas, es que los altos ejecutivos de estas empresas sepan que cuentan con Chile como un socio estratégico en la región, y con un lugar donde se están gestando hoy las inversiones del futuro.
Y es que tanto Chile como Francia tienen un compromiso con la transición energética y el desarrollo sostenible, lo que hace que las compañías francesas vean a Chile como un socio ideal en este camino. ¿Por qué?
Chile tiene una serie de condiciones que lo han convertido en un actor relevante en la transición energética mundial: desiertos en el norte que permiten el desarrollo de la energía solar y la industria fotovoltaica; vientos en el sur que han impulsado los proyectos eólicos, que nos permite ofrecer energía limpia a precios competitivos y están transformando a Chile en uno de los protagonistas en la industria del hidrógeno verde, esencial en la producción de combustibles no fósiles.
A nivel privado, empresas francesas como Total Eren, han manifestado públicamente sus deseos de invertir en H2V en el sur de Chile, lo que podría resultar en uno de los proyectos más grandes a nivel mundial hasta ahora.
También es destacable el impulso que empresas como Engie están dando al desarrollo de las energías verdes en nuestro país. A nivel mundial, ENGIE invertirá entre EUR$13.000 y 14.000 millones de euros en energía renovable, de los cuales US$ 1.800 millones se invertirán en Chile. Este monto representa alrededor del 15% de la inversión de la empresa, considerando solo las energías renovables, lo que evidencia la confianza de la compañía de seguir progresando en nuestro país.
Las compañías francesas también han mostrado un alto interés por la industria del litio, otro elemento fundamental para la transición energética, por su rol clave para la producción de baterías de iones de litio, que permiten la electrificación del transporte y el almacenamiento de energías renovables, con el fin de reemplazar a los motores de combustión interna y así reducir las emisiones que producen el calentamiento global. Es de conocimiento público que la compañía Eramet está participando en la licitación de asociación con ENAMI en Salares Alto Andino.
Pero nuestro país también presenta oportunidades más allá de sus recursos naturales y donde las empresas francesas pueden encontrar nuevas oportunidades de crecimiento. Chile continúa posicionándose como un Hub Digital en América Latina, prueba de ello es la gran cantidad de empresas tecnológicas extranjeras que se han instalado en el país -como Google, Huawei, Oracle, AWS, Scala Data Centers, Ascenty y Odata- con el objetivo de proveer asistencia de manera local, así como exportar sus servicios al exterior. Hoy, Chile alberga 22 Data Centers y otros 28 están en proceso activo de evaluación. Es por ello que el Presidente de la República ha anunciado el Plan Nacional de Data Centers, cuyo objetivo es acelerar inversión por $2.500 millones de dólares impulsando una industria sustentable, a la cual también están invitados a participar.
La inversión extranjera puede actuar como una herramienta clave en las estrategias de desarrollo económico, operando como una palanca crucial para realizar saltos cualitativos en periodos de tiempo relativamente breves. En nuestro país, esto ha permitido importar conocimientos, tecnologías y buenas prácticas, catalizando de esta manera el crecimiento de sectores estratégicos y la creación de empleo de calidad para nuestra gente.
Las empresas francesas pueden jugar un rol importante en el avance de estas industrias en Chile, contribuyendo con conocimiento en tecnología y capital técnico que permita un desarrollo óptimo y que se adapte a las necesidades de una energía limpia y sustentable que no solo Chile requiere, sino que todo el mundo.
Queremos que las empresas francesas, que ya han encontrado en Chile un ambiente propicio y estable para invertir, formando parte de nuestro desarrollo como país, continúen diversificando sus sectores de inversión en el país, empujando la sofisticación y el avance en materias que vayan incluso más allá de lo comercial e involucren conocimiento, investigación y desarrollo.
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Invitamos hoy, tanto a compañías francesas como de otras partes del mundo, a invertir en Chile. A hacer buenos negocios y también a crear nuevas oportunidades, que mejoren la calidad de vida de nuestra gente, y que nos permita dar un salto hacia un futuro sostenible e inclusivo, en el que todos y todas seamos protagonistas.
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