A esa altura, a mediados de marzo, ya era muy tarde para continuar la travesía a la Antártica, por lo que decidió dejar su velero en Puerto Williams durante la temporada de invierno y volver a su hogar en San Petersburgo. Sin embargo, justo por esos días Chile decretó cuarentena y cerró las fronteras.
“Cuando viajo, generalmente me quedo una semana en cada lugar. Pero ya llevo más de dos meses en Puerto Williams. He tenido la oportunidad de recorrer la isla de Navarino y ver la naturaleza, conversar con las personas. ¡Es impresionante! Puerto Williams es muy tranquilo, pacífico y seguro”, relata desde su velero anclado en el terminal pesquero y cuenta que es la primera vez que visita Sudamérica.
Maxim ha pasado la cuarentena en su velero, pero acude a los mercados locales para abastecerse de alimentos. Allí ha podido conversar con los habitantes de la ciudad más austral del mundo, a quienes los describe como muy acogedores y amistosos. “La gente es fantástica. A pesar de que no hablo español, muchos se han acercado para ayudarme”, comenta.
Hace pocos días pudo finalmente abordar un ferry rumbo a Punta Arenas y luego tomó un vuelo a Santiago donde se subió a un charter especial gestionado por la Embajada de Rusia que lo llevó de vuelta a casa.
“Extraño a mi familia, están todos en casa. Pero esta ha sido una gran experiencia. Volveré en noviembre o diciembre, para continuar con mi travesía, la geografía y los paisajes en este extremo del mundo son increíbles”, cuenta Maxim y agrega, “sin duda volveré, ¡y lo haré con mucho placer!”. Antes de tomar su vuelo a Rusia, nos envió este mensaje desde el Aeropuerto Internacional de Santiago.