De las cerca de 20 toneladas de basura que se generan en Chile al año, sólo un 22% se valoriza o recicla, y este volumen reciclado corresponde casi en su totalidad a residuos industriales. Acá una serie de empresas chilenas que tienen el reciclaje como razón de ser, que buscan ser un aporte en sí mismas, pero también, generar conciencia de la necesidad de reducir, reciclar y reutilizar.
De acuerdo con el último Informe del Estado del Medioambiente, del Ministerio del Medioambiente, en Chile se generan 19,6 millones de toneladas de residuos al año. De ellas solo un 22% se valoriza o recicla, aunque el volumen reciclado corresponde casi en su totalidad a residuos industriales.
La basura es un problema que enfrentan todos los países del mundo. Chile buscó ponerse al día en materia de reciclaje y el 17 de mayo de 2016 se promulgó la Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que busca disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización, reciclaje y otro tipo de valorización. Esto, principalmente haciendo responsables a fabricantes e importadores de ciertos productos priorizados a recuperar un porcentaje de ellos una vez que terminan su vida útil. Estos productos prioritarios son: aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, envases y embalajes, neumáticos y pilas. Estos productos fueron priorizados por tener alguna o varias de estas características: ser de un consumo masivo, por el volumen significativo de sus desechos, por ser residuos peligrosos, por ser factible su valorización, y por existir una regulación comparada de referencia.
En el día mundial del reciclaje, es clave tomar conciencia respecto de qué puede hacer cada uno. Descubre aquí una serie de empresas chilenas –desde incipientes startups a compañías consolidadas- que están impulsando el reciclaje e innovando para hacer de Chile un país libre de basura.
TriCiclos: la basura es un error de diseño
Cofundada en 2009 por Gonzalo Muñoz, Joaquín Arnolds y Manuel Díaz, TriCiclos comenzó creando “puntos limpios”, estaciones de clasificación de materiales reciclables que se extendieron por Chile. En 2011 se convirtió en la primera compañía certificada como Empresa B fuera de América del Norte. TriCiclos busca resolver la urgente problemática de la generación de residuos a través de sistemas de gestión de residuos y consultorías, teniendo como lema que “la basura es un error de diseño. La empresa está presente en diversos países de Latinoamérica y ha ganado reconocimientos internacionales, como el premio “The Circulars” en 2019, el “Óscar” de la economía circular, entregado por el Foro Económico Mundia; además de ser elegida en 2021 entre las “Best for the World”, reconocimiento entregado por B Lab a nivel internacional.
Reciclapp: El Uber del reciclaje
La startup Reciclapp es una aplicación móvil que permite conectar a todo el que quiera reciclar (personas, empresas, y comunidades) con recicladores que hacen retiro de material a través de 4 sencillos pasos: primero limpiar y separar todos los residuos, declararlos en la app, agendar el retiro y esperar al reciclador. Además, los usuarios van sumando puntos “Recikarma” para canjearlos por productos elaborados de residuos reciclados. Fundada en 2015 por el ingeniero Cristián Lara, hoy cuenta con 50 mil usuarios de distintas ciudades de Chile y ha recibido apoyo de Corfo, además de ser reconocidos por el concurso AntofaEmprende.
Ecofibra: desde Iquique enfrentando el desecho textil
Ante la necesidad de hacer frente a la gran cantidad de desechos textiles que se acumulaban en el desierto en la región de Tarapacá, en 2016 Franklin Zepeda creó Ecofibra, startup que usa los residuos de ropa y telas para fabricar bolsas ecológicas, ecofibra aislante y paneles aislantes para la construcción de viviendas, logrando así disminuir en hasta un 35% del consumo eléctrico debido a la reducción del uso de la calefacción o aire acondicionado. En 2021 reciclaron cerca de 400 toneladas de residuos textiles y preparan la instalación de una planta en Santiago.
Futuroil: una solución al aceite lubricante usado
Un litro de aceite lubricante usado puede contaminar hasta 4 millones de litros de agua, según cifras de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR). Para hacer frente a esto, la empresa chilena Futuroil, creada en 1984, se dedica a regenerar y re-refinar el aceite lubricante usado, considerado como un residuo peligroso. La empresa ubicada en la comuna de Lampa, Región Metropolitana, es pionera en el reciclaje de aceite que retiran desde servicentros, para extraerle el agua y las impurezas. El producto re-refinado es distribuido en servicentros desde Santiago a Punta Arenas. Al año reciben alrededor de 3 millones de litros de aceite usado.
Armony: de la mesa al abono
Por más de 30 años, Armony se ha dedicado al reciclaje y transformación de residuos orgánicos como comida que se desecha en hoteles, casinos u hogares –para transformarlo en abono para las plantas-, y pallets, para transformarlo en mulch (capa protectora que evita la maleza y permite mantener la humedad en las plantas). Esto, mediante soluciones tecnológicas sustentables, con un triple impacto (económico, social y medioambiental) aprovechando al máximo las materias primas. La planta recibe 8.000 camiones de residuos al año para su transformación. En 2021 fue elegida entre las “Best for the World”, premio entregado por B Lab a nivel internacional.
GreenSpot: darle nuevo valor al plástico desde el sur
Esta empresa ubicada en la región de Los Lagos, se dedica a desarrollar productos a partir de pellets elaborados con residuos plásticos provenientes de diferentes industrias, como, por ejemplo, boyas y flotadores de la industria salmonera y pesquera. Desde 2017, GreenSpot ha reciclado más de 2 millones de kilos de residuos plásticos. En 2021 fue elegida entre las “Best for the World”, reconocimiento entregado por B Lab a nivel internacional, además de ser reconocida con el primer premio Asipla Sustentable 2021 (de la industria del plástico a nivel nacional). En diciembre de 2021, la empresa se transformó en filial de Resiter, firma chilena con 40 años de experiencia en la gestión de residuos y presencia en cinco países de Latinoamérica.
Sustrendlab: de neumáticos a baterías de ion litio
Ubicado en la región de Valparaíso, este laboratorio creado en 2018 al alero de la consultora experta en sustentabilidad Sustrend, se enfoca en generar soluciones para la economía circular desde residuos industriales. Los principales servicios de Sustrendlab se centran en el desarrollo de nuevos procesos para la valorización de residuos, desarrollando nuevas materias primas a partir de subproductos para reintegrarlos a otra cadena productiva. Una de sus revolucionarias innovaciones es el reciclaje de neumáticos para obtener grafito, que sirve para producir baterías de ion litio, clave para la electromovilidad.
Desafío Ambiente: transformando el plástico en madera
Creada por la ingeniera Anita Farfán y la diseñadora industrial María José Vargas en 2013, esta empresa comenzó moliendo plástico y vendiéndolo a empresas para ser procesado. Hoy se dedican a procesar desechos plásticos y convertirlos en objetos y materiales de construcción, que se dividen en cuatro líneas: Everwood (su marca más importante), que fabrica maderas plásticas para diferentes usos; AislaPET, una fibra de aislación similar a la de vidrio y por el que fueron premiadas por Corfo; Everplastic, productos de baja escala y hogareños, como maceteros y posavasos; y 3D con Sentido, impresiones en 3D de mascarillas, prótesis y portacelulares.
Raíz nativo: reciclaje de madera y reinserción social
Rescata maderas nobles para darle una segunda vida en manos de reclusos que aprenden el oficio de artesanos en la cárcel, fabricando productos a partir de ellas. Creada por Cristián Barahona, en San Fernando (región de O’Higgins), en 2019 Raíz Nativo estuvo entre los ganadores del premio Impulso Chileno, de Fundación Luksic. La madera usada como materia prima es rescatada de desarmes, demoliciones o incluso, desde el fondo de los lagos del sur, para transformarlas en regalos institucionales como tablas y ensaladeras.
Bioils: aceites vegetales para la industria química
Un litro de aceite de cocina contamina 1.000 litros de agua, permaneciendo años en mares y ríos. Haciendo frente a esta problemática, Bioils recolecta de Arica a Puerto Montt aceites vegetales usados de supermercados, restaurantes, hoteles, casinos, entre otros, para acondicionarlos y transformarlos en insumos para la industria química, que los utiliza posteriormente para la elaboración de jabones, detergentes, velas, y aceites industriales. La empresa hoy es líder en reciclaje de aceites vegetales usados en Latinoamérica, con su centro de operaciones en Chile, desde donde se han extendido hacia Perú, Argentina, Colombia y Ecuador.