Destacamos el talento y la creatividad de personas pertenecientes al pueblo mapuche que rompen paradigmas a través de sus emprendimientos.
Un viñedo orgánico que funciona con energía solar, una plataforma de gestión del aprendizaje y un centro que combina las terapias complementarias con la cosmovisión ancestral. A continuación te contamos sobre estos tres ejemplos que encarnan la diversidad del ecosistema emprendedor mapuche.
El primer espumante mapuche:
En una colina rodeada de árboles nativos centenarios en Carahue, Región de la Araucanía, Isolina Huenulao creó la Viña Wuampuhue, que en mapudungun significa “lugar de canoa”, haciendo referencia al río Imperial que cruza el territorio. En un terreno de media hectárea plantó parras de pinot noir, una cepa francesa ideal para climas fríos, con el cual se introdujo en la industria vitivinícola chilena con el primer espumante elaborado por una mujer mapuche.
El cultivo del viñedo y la elaboración de los vinos se hace de forma orgánica, respetando la madre tierra y buscando que el proceso sea lo más sustentable posible, en coherencia a los principios y valores de la cosmovisión mapuche. El riego proviene de un estero, el control de la maleza se hace a través del pastoreo de ovejas e incluso cuenta con paneles solares para crear energía.
“Está hecho dentro de una comunidad mapuche, por una mujer mapuche y dentro de un terreno mapuche y orgánico. Todo esto nosotros lo hacemos gracias a nuestro padre Dios y la madre tierra que nos da la fortaleza para que podamos producir este producto”, dice con orgullo mientras sostiene en sus manos el fruto de su trabajo.
Una app de educación presente en seis países:
La profesora Isabel Loncomil, el ingeniero civil industrial Marcelo Catrileo y el ingeniero civil informático Emerson Marín Licanleo son las mentes detrás de Lirmi, una plataforma especializada en gestión curricular que entrega herramientas digitales a los profesores para planificar, facilitar y potenciar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Si bien crearon la edtech en 2013, la pandemia del coronavirus que trasladó las clases al mundo virtual impulsó la adopción de este software en colegios tanto dentro como fuera del país. Hoy están presentes en aproximadamente 1.900 establecimientos educacionales en Chile, Perú, Colombia, México, Brasil y Estados Unidos.
Emerson Marín Licanleo, CEO de Lirmi, explica que a través de esta plataforma contribuyen a democratizar la educación ya que las herramientas digitales de apoyo al profesorado mejoran los procesos y la calidad de la enseñanza, y permiten abarcar un mayor número de usuarios. “Si un profesor hace un buen trabajo, el colegio mejora en todos sus indicadores”, señala. El ingeniero agrega que el año pasado capacitaron a 400.000 profesores y liberaron un libro de clases totalmente gratuito para los colegios de Latinoamérica. El equipo mantiene las expectativas altas: buscan llegar el próximo año a 3.000 colegios.
Conectar con la naturaleza:
El matrimonio compuesto por Mónica Cornejo Colipán y Rodolfo Gaete Naveas creó el centro de retiro y bienestar Kiñewün, que en mapudungun quiere decir “todos somos uno”. Formados en terapias complementarias como reiki y masaje antroposófico, y también en la cosmovisión mapuche (con antropólogos y loncos), buscan combinar lo mejor de los dos mundos en las terapias que ofrecen en su centro ubicado en la comunidad mapuche Juan Quilacán en Villarrica, a orillas del río Voipir. Uno de los fundamentos principales de esta cultura ancestral es entender al ser humano y a la naturaleza como un todo, por lo que en este centro los visitantes están invitados a vivir una experiencia de conexión con los cuatro elementos de la naturaleza y a conocer en profundidad la cultura mapuche.
“La mirada mapuche entiende que el ser humano es parte de un todo. Cuando estamos mal y perdemos el equilibrio en la vida, es porque nos hemos desarraigado de la naturaleza, de la vida misma. La vida fluye en nosotros. Tener el equilibrio dentro es el proceso de sanación”, dice Mónica Cornejo Colipán desde este paraíso rodeado de árboles nativos como el hualle, coihue, arrayán y canelo, y que todos los años recibe visitas tanto de Chile como del extranjero.
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