La animación chilena: Una industria joven en crecimiento

Nahuel y El Libro Mágico fue la única película de Latinoamérica y de habla hispana nominada en la categoría de competencia en el Festival de Annecy 2020, el cual este año tuvo una edición online entre el 15 y el 30 de junio. La película escrita por Germán Acuña y Juan Pablo Sepúlveda, que fue coproducida entre Chile y Brasil, siendo la parte chilena mayoritaria (80%-20%), mezcla aventura, fantasía y mitos chilotes a través de la historia de un niño de 12 años que debe rescatar a su padre, quien ha sido capturado por un oscuro brujo, al mismo tiempo que enfrenta sus miedos más profundos.

Un viaje familiar en 2011 a la isla de Chiloé fue lo que inspiró al director Germán Acuña a crear la película, cuenta que “en ese momento ya tenía mi productora y cuando fui a Chiloé lo vi con otros ojos, me di cuenta lo rico que es este lugar en mitología, cultura y paisajes. Chiloé reúne un montón de características y materia prima para poder contar historias inspiradas en esta dimensión mitológica”.
Tras un profundo trabajo de investigación y entrevistas con locales de la zona, Germán logró empaparse de la cultura, costumbres, mitos y leyendas que aún viven en la isla. “Para mi fue muy impactante ver que efectivamente este no era un tema que vivía en la superficie, sino que realmente las personas de la zona tienen mil historias de mitos y de brujos.

¿Cuál es la relación del largometraje de animación con la isla de Chiloé en el sur de Chile?

¿Qué busca “Nahuel y el Libro Mágico” al mostrar en sus personajes algunas características del pueblo originario mapuche?
G.A: Es una película que busca acercar a la gente a estos niveles culturales a través de la entretención con un producto que vive en el ámbito de la cultura pop. El largometraje busca ser visto por la mayor cantidad de personas, y ojalá que si niños lo ven puedan sentirse interesados por la cultura mapuche con los personajes. Siento que eso es mucho más poderoso que tratar de enseñarles.

¿Cómo ha sido el avance de la industria de la animación chilena en los últimos años?
G.A: Yo espero que cada producción que hay en Chile sea un paso hacia adelante, Chile no tiene una historia de largometrajes de animación muy larga, de hecho, son muy pocos. La animación “Historia de un Oso”, que ganó un Oscar en 2016, es la que pone a Chile en el mapa mundial.

¿En qué se diferencia “Nahuel y el Libro Mágico” con otras películas chilenas que han sido seleccionadas por el festival de Annecy?

Yo creo que la diferencia que tiene Nahuel, es que es una película que estuvo en la categoría de competencia y que tiene un foco familiar. Sale a decirle al mundo que en Chile y Sudamérica se producen películas que apuntan a un público amplio con un espíritu más comercial. Además, la calidad técnica fue otro de los aspectos que llamó la atención, porque en general en Latinoamérica no son muchas las producciones que sorprenden por el nivel técnico y artístico.

¿Crees que en Chile hay talento para seguir creciendo y conquistando al mundo con producciones locales?