Los aires de septiembre no sólo traen primavera y cielos repletos de volantines a lo largo de nuestro país; las calles comienzan a llenarse de banderas y adornos blanco, azul y rojo, y en las distintas celebraciones se escucha el aplaudir, el zapateo y la celebración que acompaña siempre a nuestro baile nacional: la cueca.
Desde el 18 de septiembre de 1979, el decreto N° 23 publicado en el Diario Oficial, promulgó de manera oficial a la cueca como nuestro baile nacional. Este hecho viene a confirmar la historia generada por el baile en sí mismo, apropiándose de espacios a lo largo de toda nuestra geografía y al mismo tiempo adaptándose al pasar de los años. Es por esto que entre la enorme gama de danzas tradicionales que hay de norte a sur, la cueca impone presencia en todas las regiones.
A pesar de que el origen no está completamente definido, parece haber un acuerdo en que deriva de la danza llamada zamacueca; que a su vez tiene sus raíces en bailes típicos españoles como la jota o el fandango, mezclada con ritmos africanos y amerindios. Es en este momento en que aparece el uso del pañuelo, dueño de la gracia y seducción en el baile que acostumbramos ver hoy en día.
Asemejando un cortejo, en la cueca abundan las sutilezas y el coqueteo; los movimientos medidos y sugerentes que van organizados en un patrón común que la hace muy fácil de reconocer y la convierte en un baile único. La coreografía, los movimientos y la música varían dependiendo de la región geográfica o de los subgéneros que con el tiempo se han ido creando.
Se dice que en Chile la cueca parte en el siglo XIX en las cantinas y chinganas, lugares de celebración y algarabía que se volvieron centro del golpeteo de panderos o palmas y el acompañamiento de guitarras y arpas a las agudas voces representativas de la cueca chilena. Luego se le atribuye a la figura del roto chileno, que a principios del siglo XX comienza a moverse desde el campo a la ciudad, el haber llevado la cueca a la capital; haciendo típicos los barrios de la Vega, Estación Central y Matadero. Lugares que aún mantienen este espíritu.
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Es esta misma urbanización del baile lo que va creando estilos marcados en distintos sectores, como es la cueca porteña o la cueca chora. Donde las letras aparte de contar la cotidianidad de los barrios y sus aventuras y desventuras, relatan la vida bohemia de las grandes ciudades. Una gran variedad de agrupaciones cuequeras se han encargado de mantener las raíces de este baile y canto tradicional; incluyendo a nuevas generaciones que disfrutan de la cueca chilena no solo en septiembre sino que todo el año.
Te presentamos algunos de los lugares donde puedes ir a bailar cueca en cualquier mes del año:
Bar Victoria
Denominada como una disco para ir a bailar cueca, el Bar Victoria es una picada perfecta para disfrutar comida, tragos típicos y aprovechar de zapatear todo el año junto a conjuntos cuequeros en vivo.
Huaso Enrique
Con una tradición de 63 años, este local ubicado en el barrio Yungay se ha convertido en uno de los más tradicionales al momento de salir a escuchar o bailar cuecas chilenas. Con clases que se imparten todo el año, ya es un punto de reunión y referencia de este aspecto de nuestra cultura.
Comercio Atlético
Con música en vivo y conjuntos cuequeros de distintos lugares de Chile, este local del centro de Santiago ameniza las noches de todas las semanas del año. También es posible tomar clases y disfrutar de la picardía y gracia de la música chilena.