El fondo permitirá a la empresa chilena testear y fabricar materiales reciclables y antimicrobianos en el espacio, investigación que busca facilitar exploraciones espaciales de larga duración.
La industria chilena está dando de qué hablar en lo que refiere a exploración espacial. Esta semana, la startup chilena Copper3D, pionera y líder global en materiales y aplicaciones antimicrobianas para la industria de Impresión 3D, se adjudicó su tercer fondo de investigación de la NASA, el cual será ejecutado en colaboración con la Universidad de Nebraska Omaha (UNO), de Estados Unidos.
“Muy pronto podremos decir con mucho orgullo que el cobre antimicrobiano chileno llego al espacio y promete ser un actor clave en el futuro de la exploración espacial”, afirmó Daniel Martínez, co-fundador y director de Innovación de Copper3D, y parte de la Red de Chilenos Creando Futuro de Imagen de Chile.
“Las bacterias y virus se vuelven más resistentes en microgravedad, lo que, sumado al factor anterior, hace que misiones espaciales de más de seis meses en órbita sean muy riesgosas en este momento. En este contexto, es de suma importancia contar con materiales, herramientas, dispositivos médicos y objetos de uso diario con propiedades antimicrobianas, que es justamente el ámbito de expertise de Copper3D” agregó.
Copper3D, una empresa que hoy lleva el sello de Marca Chile, cuenta con varias colaboraciones con NASA y UNO. En 2018 se adjudicaron un primer fondo para testear esta nueva tecnología de materiales antimicrobianos para impresión 3D en microgravedad (Zero-G), y en 2019 nuevamente fueron seleccionados para evaluar la factibilidad de imprimir un set de dispositivos médicos en condiciones de Zero-G.
Según señala Martínez, hoy la exploración espacial enfrenta dos grandes desafíos, uno de origen biológico y el otro logístico. Por un lado, la evidencia apunta a que los astronautas que deben someterse a misiones espaciales de larga duración sufren de una “desregulación de su sistema inmune”, lo que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades, infecciones o trastornos durante su estadía en el espacio.
En términos logísticos, la exploración espacial supone resolver otro problema: el espacio disponible. “La tecnología de impresión 3D permitiría a los astronautas de estas largas misiones espaciales fabricar sus propias piezas de repuesto, herramientas y dispositivos médicos completamente on-demand. Si a esto le sumamos el concepto de circularidad, es decir, poder hacer uso de un mismo material varias veces, para distintas aplicaciones, y ser sometido a varios ciclos de reciclaje y re-fabricación 3D, sin perder sus propiedades antimicrobianas, esto ahorraría mucho peso, tiempo, misiones de reabastecimiento y otras complicaciones logísticas y médicas, lo que haría mucho más factibles y seguras estas futuras misiones espaciales”, afirma Daniel Martínez.