La gastronomía chilena es un espejo de su variado territorio, desde el Desierto de Atacama hasta las costas del Pacífico, influenciada por las tradiciones de pueblos originarios, españoles e inmigrantes.
En nuestra cocina destacan platos como las empanadas, con rellenos que incluyen carne, aceitunas y pasas, así como la cazuela, un guiso robusto de carne y verduras. Pescados como el congrio y mariscos como los erizos enriquecen el menú costero. El curanto, con su lenta cocción, es emblemático de la cocina del sur de Chile. Ingredientes fundamentales de nuestra tradición culinaria son el choclo, las papas, los porotos, la carne de res, cebollas, ají y el cilantro.
Destacan también postres como los alfajores con manjar (versión chilena del dulce de leche), el kuchen de frambuesa y el mote con huesillos, preparación clásica que rescata el uso de frutas en la repostería nacional.