Los compromisos climáticos de Chile con la comunidad internacional reconocen el rol fundamental que tienen nuestros ecosistemas terrestres y marinos”. Maisa Rojas, ministra del Medio Ambiente.
Las turberas de la Patagonia y los bosques de Chiloé actúan como “sumideros” de carbono, ecosistemas que naturalmente absorben CO2 de la atmósfera. Así lo han demostrado pioneros estudios de investigadores chilenos.
El territorio chileno tiene un importante rol frente a la crisis climática y la emisión de gases de efecto invernadero. Sus suelos y bosques actúan como “sumideros” de carbono, almacenado en distintas formas de compuestos orgánicos.
Así lo demostró una reciente investigación liderada por el científico del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y de la Universidad de Chile, Jorge Pérez-Quezada, cuyo estudio concluyó que los bosques de Chiloé absorben cerca de 18 toneladas de dióxido de carbono por hectárea al año, equivalente a las emisiones de 3,4 automóviles en el mismo tiempo.
“La investigación, que se realizó en un bosque cerca de Ancud, concluyó que durante 10 años este bosque se ha comportado como un sumidero de carbono. Esto lo ubica muy cerca de otros estudios como los de el Amazonas, que han mostrado que bosques tropicales lluviosos absorben 22,5 toneladas de CO₂ por hectárea”, explica el científico Jorge Pérez-Quezada. “Esto muestra que los bosques están realizando un trabajo de mitigación del cambio climático, porque cada tonelada de CO₂ que nosotros logramos remover de la atmósfera nos ayuda en esa línea”, agrega.
El investigador refuerza la importancia de conservar estos territorios, no solo por la gran biodiversidad que guardan, sino que también por su trabajo fundamental en la acumulación de carbono en sus troncos y en el suelo, algo que hace unos años no se creía que fuera posible en bosques maduros. “Este estudio, que es pionero en Chile pero que se ha realizado en otras partes del mundo, ya ha demostrado con bastante fuerza que los bosques maduros siguen acumulando carbono. Por lo tanto, es sumamente importante poder conservarlos”, dice.
El papel de la Patagonia
No solo el ecosistema de Chiloé acumula carbono. La Patagonia también es un territorio que capta CO₂ a través de turberas. De hecho, el investigador del IEB asegura que se están recolectando datos en Puerto Williams en base a torres de monitoreo Eddy covariance, que miden el intercambio de dióxido de carbono entre los ecosistemas y la atmósfera.
Una investigación publicada en mayo de 2023, también liderada por Pérez-Quezada, reveló que la Patagonia chilena almacena casi el doble de carbono que los bosques de la Amazonía por hectárea. Se estima que en Chile hay 45.000 km2 de turberas, tipos de humedales que tienen una alta capacidad de absorción y filtración de agua, y de turba, que es pompón muerto que retiene carbono y metano. Sólo en Magallanes se encuentra el 66% de turberas de todo el país.
“Se estima que las turberas en Chile absorben el equivalente al 18% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Son un aliado muy importante en la lucha contra el cambio climático”, indica Frederic Thalasso, investigador principal de Cape Horn International Center (CHIC). Thalasso sostiene que, según las estimaciones, en Chile hay cuatro gigatoneladas (4 mil millones de toneladas) de carbono acumulada en las turberas. “Si descuidamos, si drenamos, si quitamos el agua de las turberas o si las explotamos de forma comercial, este carbono se convertiría relativamente rápido a CO₂”, dice.
Además, las turberas de Chile capturan 20 megatoneladas (20 millones de toneladas) de CO₂ anualmente, es decir, cerca del 18% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del país.
La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, señaló que estas investigaciones son clave para el desarrollo de políticas más efectivas y demuestran la urgencia en la protección de nuestra biósfera: “Los compromisos climáticos de Chile con la comunidad internacional reconocen el rol fundamental que tienen nuestros ecosistemas terrestres y marinos, tanto para la captura de carbono, como para la adaptación al cambio climático. Estudios como este nos permiten comprender mejor la función que cumplen nuestros ecosistemas en la captura y almacenamiento de carbono, y así fortalecer nuestros inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero y desarrollar políticas climáticas más efectivas”, indicó.