- 26 fallecidos, 20.404 animales muertos, 3.247 personas con atenciones de salud, 7.526 damnificados y más de 2.000 viviendas destruidas, es el dramático saldo de los siniestros.
- El apoyo internacional ha sido determinante en el control de los incendios, con más de 800 brigadistas, además de aeronaves, vehículos y equipos.
¿Qué motiva a un pueblo, enfrentado a la adversidad, a pararse y seguir adelante, en una actitud aprendida, casi instantánea? ¿Y qué motiva al mundo a acudir en su apoyo? En su historia, Chile ha enfrentado numerosas situaciones en las que la naturaleza lo ha puesto a prueba. La última, un megaincendio que afecta el sur del país y que, desde principios de febrero, ha cobrado 26 víctimas fatales y consumido más de 450.000 hectáreas, destruyendo flora y fauna nativa en una magnitud que aún no se termina de dimensionar.
El impacto de la catástrofe
Altas temperaturas, fuertes vientos, una sequía que se prolonga hace más de 13 años, sumado la acción humana, provocaron que en solo dos semanas, 450.000 hectáreas de las regiones del Maule, Ñuble, Biobío y La Araucanía fueran arrasadas, con un saldo de 26 fallecidos, al menos 20.404 animales muertos, 3.247 personas con atenciones de salud, 7.526 damnificados y más de 2.000 viviendas destruidas.
“Estamos ante una situación que nos tiene con el 75 % de la comuna siniestrada. Entre cenizas, aún estamos combatiendo un incendio que nos ha desgastado, en el que hemos perdido vidas, y que hoy tiene a tres regiones totalmente bajo las llamas”. La alcaldesa de Santa Juana, Ana Albornoz, describió de esta forma los efectos que la catástrofe tuvo sobre la localidad que preside, una de las más perjudicadas durante esta emergencia.
Solo seis años atrás, en el verano de 2017, una ola de calor, combinada por la acción humana, provocó una serie de incendios que afectaron a las zonas centro y sur del país, dejando 587.000 hectáreas consumidas por el fuego, además de diez víctimas fatales. Muchas personas que en su momento padecieron debido a este incendio hoy se vieron nuevamente desplazadas producto de las llamas.
Una respuesta coordinada
“Incendios descontrolados, mucha zona rural, muchos niños, animales y adultos mayores”, así describió la escena el capitán de la Primera Compañía de Bomberos de Osorno, Erwin Vargas, tras responder al llamado de auxilio de Collipulli, región de La Araucanía, uno de los lugares afectados por el fuego. Sin embargo, destacó el apoyo recibido por parte de la población. “Nos generaban esa energía positiva que tenemos los chilenos cuando pasan situaciones como esta, que nos juntamos y nos reunimos a enfrentar la situación”, agregó.
Crédito: bomberos de Chile
El siete de febrero, a cinco días de declararse la primera alerta roja, más de 2.200 brigadistas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y de las compañías forestales, además de 3.400 bomberos de todo el país habían concurrido desde las distintas regiones para combatir la emergencia.
Hoy, las autoridades hablan de cifras que superan los 6.000 efectivos nacionales, entre brigadistas, bomberos voluntarios, Fuerzas Armadas, PDI, y personal del MOP que se encuentran realizando operativos de rescate y control de las llamas. Desde el sector forestal privado han aportado con 61 aeronaves, 3.400 brigadistas, 240 puntos de detección y 2.100 trabajadores silvícolas.
“Las emergencias colocan a prueba a los países y creo que, en esta condición difícil, dura, compleja, las instituciones públicas y privadas han mostrado que son capaces de coordinarse y volcar todos los recursos necesarios para combatir los incendios”, señaló el subsecretario de Interior Manuel Monsalve, durante un balance el domingo 12 de febrero.
Sociedad Civil
Techo Chile, Hogar de Cristo, ADRA, Comunidad de Organizaciones Solidarias y Movidos por Chile son solo algunas de las entidades que hoy están prestando ayuda a los damnificados, sumándose a más de un centenar de instituciones involucradas.
“En muy pocos días y gracias al gran espíritu solidario que siempre representa a Chile, recibimos más de 9 mil donaciones de empresas y personas. Es importante recordarles que nuestro trabajo no termina aquí, sino que esto es solo un punto de partida para lograr que todo el sur de nuestro país pueda volver a levantarse”, afirmó el director ejecutivo de Desafío Levantemos Chile, Ignacio Serrano, a través de un comunicado de la institución.
En la región del Biobío, la junta vecinal de Nonguén se puso en marcha recolectando alimentos e insumos para los efectivos en la zona. “Hemos articulado bastante ayuda, coordinando en centros de acopio llevando agua y alimentos no perecederos a las comunidades que más lo necesitan como: Santa Juana, Tomé y el Parque Nacional Nonguén”, asegura el coordinador de la Junta de Vecinos de Nonguén, Fabian Vega.
Las otras víctimas de los incendios forestales han sido los animales, situación que ha movilizado a veterinarios independientes y ONGs desde distintos puntos del país para rescatar y prestar atención médica. En el sector rural de la comuna de Santa Juana, la municipalidad ejerció labores en ayuda de las mascotas y animales. “Al paso de los días, esto ha ido mejorando. Se han coordinado diferentes comunas. Todos los chilenos vienen con sus banderas en sus autos a dejar agua, alimentos u otros insumos”, explicó Estefanía Toloza, médico veterinaria independiente que colabora con el municipio.
Desde el mundo para Chile
La emergencia que afecta al país ha provocado una respuesta solidaria que ha cruzado fronteras. Diferentes países han enviado mensajes de apoyo y personal experto para contribuir en las labores para controlar las llamas. Desde la Unión Europea, países como Francia, Portugal, España e Italia han respondido al llamado que la primera semana de febrero, el presidente Gabriel Boric hizo junto a la cancillería a la comunidad internacional, aportando con conocimientos y brigadistas.
“Al igual que en 2017, hemos respondido con rapidez para luchar codo con codo con brigadistas y bomberos, muestra del compromiso con el pueblo chileno”, afirmó el teniente coronel del Ejército del Aire de España, Carlos Javier Martín Traverso, jefe del contingente de la UME en Chile. 
Crédito: Brigada española (UME)
De igual manera, los países del continente americano como Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, Colombia, México y Estados Unidos se han hecho presentes enviando brigadistas, bomberos e incluso aeronaves. Desde Asia, China y Japón se han pronunciado en apoyo de las comunidades afectadas por los incendios, y entidades como la ONU y la Nasa han ayudado enviando personal y proporcionando imágenes satelitales del fuego, respectivamente.
“Se realizaron evaluaciones con aeronaves no tripuladas y se realizó liquidación total de focos secundarios en los incendios que acataban en este sector. Pusimos todo nuestro esfuerzo, todo el ‘ñeque’ y todas las ganas para apoyar a los bomberos hermanos de Chile”, dijo el subteniente Eddy Chiliquinga del Cuerpo de Bomberos del Distrito Metropolitano de Quito.
Más de 800 brigadistas son los que se han sumado a los efectivos nacionales en las labores de rescate y control de incendios, además de aeronaves, vehículos y equipos.
Empieza la reconstrucción
El 15 de febrero se conmemoró el día internacional del brigadista, ocasión en que el gobierno organizó una ceremonia para reconocer al equipo humano que ha respondido a la emergencia, además de agradecer la colaboración de la comunidad internacional.
El apoyo que ha recibido Chile desde el exterior ha sido clave en medio de la emergencia, y así lo han expresado las distintas autoridades. “Nos ha conmovido recibir, desde el inicio de la emergencia, la colaboración y asistencia de decenas de países y organismos internacionales, lo que nos ha permitido contar con recursos, herramientas y, especialmente, con personal especializado en el control de incendios, lo que ha sido fundamental para apoyar el trabajo de nuestros propios brigadistas, públicos y privados”, afirmó la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola.
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