La participación de nuestro país en la COP28 terminó por sellar un exitoso año en materia de sustentabilidad, en el que Chile lideró en la región y destacó a nivel mundial por sus proyectos y desarrollo de políticas públicas.
Chile, uno de los países más expuestos a las consecuencias del cambio climático, ha implementado una estrategia de mitigación y adaptación respaldada por más de dos décadas de políticas estatales y una sólida colaboración entre los sectores público, privado, académico y la sociedad civil. Estos esfuerzos han posicionado al país como líder mundial en áreas clave como la transición energética, el financiamiento verde y el turismo sostenible, recibiendo reconocimiento global por sus logros. Este año, el liderazgo chileno destacó especialmente en la COP 28, donde la Ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, jugó un papel crucial en los acuerdos que señalan el comienzo del fin para los combustibles fósiles.
El papel que jugó Chile –país pionero en América Latina en mitigación y el uso de energías renovables– en la cumbre del cambio climático fue destacado por entidades como la Unión Europea y líderes globales. “Chile tiene el tremendo rol de mostrar el camino, porque es un país pequeño que puede servir de piloto para muchos cambios, demostrar que se puede hacer una transición energética de manera ordenada y segura, pero rápida, es un tremendo ejemplo”, señaló la ministra Rojas.
La ministra fue invitada por tercera vez a co-facilitar las negociaciones globales donde, junto a la ministra adjunta de Cambio Climático y Energía de Australia, Jenny McAllister, medió en una de las discusiones claves de esta versión: la Meta Global de Adaptación. El resultado fue la aprobación de un marco que permite guiar a los países en sus esfuerzos por proteger a sus habitantes y ecosistemas del cambio climático.
El desafío de ser carbono neutral para 2040
La sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente se convirtió en una de las temáticas clave de Chile en su posicionamiento internacional en 2023, y así lo demuestran diferentes ránkings y estudios internacionales.
La última versión del Climate Change Performance Index colocó a Chile en el puesto número 11, siendo el primero del continente americano y calificándolo como uno de los países con “high performance” en materia de cambio climático.
La última versión del Climate Change Performance Index colocó a Chile en el puesto número 11 (los primeros tres puestos están desocupados), siendo el primero del continente americano y calificándolo como uno de los países con “high performance” en materia de cambio climático. Así, el país recibe una calificación muy positiva en la categoría de Emisiones de GEI.
El estudio también destaca que “otros países están enviando una señal clara de que las energías renovables son vitales para sus estrategias de descarbonización, como Chile que mejoró su objetivo del 60% en 2035 al 80% en 2030”.
En esa misma línea, un estudio de la consultora McKinsey & Company, publicado a mediados de 2023, concluyó que Chile podría ser el único país carbono neutral de América Latina para el 2040 con un resultado positivo, es decir, con beneficios mayores a las inversiones.
El estudio denominado “¿Cómo puede Chile liderar la transición hacia net zero?” indica que nuestro país, con ajustes como una inversión extra de entre US$60.000 millones y US$70.000 millones en energía, transporte y edificios para reducir las emisiones acumuladas entre 2018 y 2050 en más de un 80%, por medio de la descarbonización de la matriz energética.
Proyectos a la vanguardia
La cartera de proyectos chilenos en línea con la transición energética crece cada año, logros que han sido destacados por la prensa extranjera. Es el caso de Antofagasta, que ha sido relevada como una región con alto potencial para el desarrollo de industrias verdes, específicamente por su alto nivel de radiación solar. Cerro Dominador, Proyecto Alba, o la planta piloto móvil de Hidrógeno verde, se mencionan como ejemplos.
La región de Magallanes también aloja importantes proyectos, como la primera planta en el mundo que produce combustibles sintéticos en base a hidrógeno verde: la Planta Haru Oni. Se estima que en su fase piloto tenga una productividad estimada de 350 toneladas por año de eMetanol y 130.000 litros anuales de combustible sintético.
“Chile tiene condiciones increíbles para producir hidrógeno a un precio muy competitivo y en la Unión Europea lo queremos importar para descarbonizar la economía europea. Si queremos lograr estas metas tenemos que apoyar a los países que tienen el potencial y Chile es uno de los países más avanzados en la región y en el mundo”, señaló el jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Chile, Ewout Sandker.
Todos estos esfuerzos y compromisos tienen como base una política de Estado que se ha enfocado en hacer de Chile un país con altos estándares de sustentabilidad y protección del medio ambiente, en medio de un escenario global que se torna cada vez más complejo y desafiante. Ejemplos son la Ley Marco de Cambio Climático, que establece como meta que el país sea carbono neutral y resiliente al clima a más tardar el 2050, la Estrategia de Transición Energética, la Estrategia Nacional del Litio, de Hidrógeno Verde, y de Electromovilidad, entre otras. Un futuro verde, en el que el avance de la tecnología converse con el cuidado del medio ambiente, es la meta y el compromiso de Chile.