Este sábado 11 de mayo se conmemora el día internacional de estas especies, indicadoras naturales de la salud de los ecosistemas. Nuestro país fue el primero en América Latina en desarrollar una estrategia nacional para su conservación.
Chile alberga 528 especies de aves, lo que representa un 5% de las que existen en el mundo. De éstas, 12 son endémicas: nueve en Chile continental y tres en el Archipiélago de Juan Fernández. Pese a no ser un país reconocido particularmente por su diversidad de avifauna, muchas de las aves que lo habitan sólo existen en nuestro territorio.
“Imagina que en un país tan largo y diverso, con los desafíos ambientales, sociales y económicos, hemos logrado posicionar la conservación de las aves como un aspecto prioritario de la agenda ambiental nacional. Somos uno de los pocos países en el mundo que tenemos un marco nacional para la conservación de las aves”, sostiene Javiera Ferreyra, directora de Audubon Americas para Chile, organización estadounidense dedicada a la conservación de la naturaleza.
Especies reconocidas como el emblemático Siete colores, la Loica, la Bandurria, el Carpintero, el Picaflor de Juan Fernández, entre muchos otros, son ejemplos de aves que nuestro país acoge durante todo el año. También, hay aves que en Chile encuentran un destino clave para su supervivencia como el Zarapito de Pico Recto que viaja cerca de 15,000 km sólo para llegar a Chiloé, ya que sólo ahí encuentra el alimento que necesita. “No es menor la gran responsabilidad y el rol que tenemos como país para asegurar más del 50% de la población mundial de esta especie. Por ejemplo, sólo uno de los más de 20 sitios que hay en el archipiélago de Chiloé, una pequeña bahía, puede llegar a albergar a 9.000 individuos de Zarapito de Pico Recto”, indica Ferreyra.
Especies centinelas: sensores del cambio climático
La avifauna es un indicador de la salud de los ecosistemas y es un sensor natural del cambio climático. Al ser especies centinelas, las aves no sólo ayudan a monitorear los complejos sistemas naturales, sino también a detectar tempranamente amenazas que afecten estos ecosistemas.
Las aves también juegan un importante papel en el bienestar humano. Por ejemplo, dos tercios de la flora leñosa del centro-sur de Chile hasta Cabo de Hornos es dispersada por aves. En ambientes costeros, las aves que nidifican en colonias tienen un rol muy importante en el ciclo de nutrientes, como el Nitrógeno y el Fósforo, lo que enriquece en biodiversidad los ecosistemas.
“Las aves son especies paragua, eso quiere decir, que si enfocamos nuestros esfuerzos para su conservación estaremos directa o indirectamente protegiendo todos esos valores naturales, culturales, sociales y económicos que los hábitats saludables de las aves proporcionan, algo indispensable para abordar la triple crisis ambiental: climática, pérdida de biodiversidad y contaminación”, asegura Ferreyra.
Sin embargo, de todas las especies que habitan el país, 115 (22%) se encuentran nacional o globalmente amenazadas, y casi amenazadas. Esta situación pone urgencia a programas y políticas para conservar y proteger a las aves de Chile. Por ello, nuestro país hoy prioriza el cuidado y protección de las aves a través de distintos proyectos en los que colaboran el área pública y privada.
Estrategia Nacional de Conservación de Aves en Chile
Este 2024 se cumplieron dos años de la oficialización de la Estrategia Nacional de Conservación de Aves en Chile (ENCAChile), en la que trabajan 25 instituciones para asegurar su financiamiento e implementación. Fue la primera en América Latina, a la que le siguieron las de Colombia y México.
La Estrategia tiene el propósito de orientar acciones que lleven a controlar, mitigar y/o erradicar amenazas a las aves de Chile y sus hábitats, así como generar las condiciones necesarias para su conservación. “Este es el marco que nos permite abordar las principales amenazas a las aves en nuestro país y el mundo. Cabe destacar que hablamos del mundo y no individualmente de Chile, al ser este país un lugar clave a nivel mundial para asegurar poblaciones viables de aves migratorias playeras y marinas, y también para la conservación del 41% de las aves de los bosques templados de Sudamérica, que sólo se encuentran aquí”, dice Ferreyra.
Entre los logros a dos años de la implementación de la estrategia, se destacan la creación de un programa nacional de monitoreo de aves, la identificación y priorización de sitios de importancia para las aves marinas y costeras, se han realizado informes con observaciones y sugerencias para el desarrollo sustentable de la energía eólica en Chile, análisis de mercado del aviturismo en Chile, plan de acción para la conservación de aves playeras de Chile, entre muchos otros.