Aprender in situ y poder practicar en un verdadero laboratorio natural es una de las principales características por las que alumnos de todo el mundo escogen Chile para cursar estudios de Biología Marina.
Nuestro país tiene grandes ventajas para las actividades científicas, una de ellas son nuestras largas costas, “contamos con cerca de 4.000 Km de costa en línea recta y con un territorio marítimo que cubre una superficie casi 5 veces mayor que el territorio continental”, comenta el Dr. Marcelo Gutiérrez, jefe de carrera Biología Marina de la Universidad de Concepción. A esto se suma la gran variedad de ecosistemas de características únicas que tenemos en Chile, “Destacan no solo por su belleza, sino también por sus características físicas y biológicas que convierten a algunas zonas marinas en verdaderos laboratorios naturales. Chile posee zonas tropicales, templadas, subantárticas, antárticas y una variedad de islas, desde las frías islas patagónicas hasta la tropical isla de Rapa Nui”, afirma el Dr. Pablo A. Oyarzún, Director Biología Marina de la Universidad Andrés Bello.
Gracias a nuestra riqueza natural privilegiada, muchos son los científicos extranjeros que nos visitan para contribuir a dar respuestas a las diferentes interrogantes del planeta. “En las últimas décadas nos hemos dado cuenta que nuestro mundo es cambiante y muchos de los cambios provienen del mar. Es por ello que debemos estudiarlos para adaptarnos. Es ahí donde la biología marina cumple un rol fundamental en el desarrollo de las sociedades”, comenta, el Dr. Pablo A. Oyarzún. Desde Chile aportamos, generando conocimiento científico que es utilizado, por ejemplo, en la conservación marina, en la administración pesquera, en el desarrollo de biotecnologías y en la acuicultura.
Por su parte el Dr. Marcelo Gutiérrez comenta que el estudio y la investigación de las ciencias del mar en Chile tiene tanto un enfoque local como global, ya que, por un lado, muchos de los problemas o preguntas de interés están ocurriendo simultáneamente en otros lugares del mundo y, por otro lado, tendencias globales como el cambio climático tienen efectos medibles a nivel local. “De esta manera, a través del estudio de casos contextualizados en diferentes escenarios podemos contribuir con conocimiento no solo para nuestros ecosistemas marinos, si no para otros ambientes con similares características, así como para estudios que permiten establecer tendencias a nivel planetario sobre el estado de los océanos”, argumenta. Agrega que la mirada renovada de las nuevas generaciones de profesionales e investigadores en ciencias del mar es fundamental. “En este contexto, la Universidad de Concepción dicta también la carrera de Ingeniería en Biotecnología Marina y Acuicultura, la cual mediante la aplicación del conocimiento en biotecnología marina aporta a la solución de problemas globales, asegurando la sustentabilidad de las actividades emprendidas”.
Instalaciones de primer nivel
Algunas de las universidades que ofrecen esta carrera cuentan con infraestructura para desarrollar investigación y docencia a pocos pasos de la costa. Por ejemplo, el Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción cuenta con la Estación de Biología Marina ubicada en localidad de Dichato (región de Bio Bío), donde se desarrolla docencia y actividades de laboratorio. Además, cuenta con la lancha de Investigación oceanográfica Kay Kay II, en la cual las y los estudiantes a lo largo de la carrera realizan salidas a terreno para familiarizarse con el uso de equipamiento especializado, la recolección de muestras y el trabajo a bordo de una embarcación científica. Esta infraestructura está disponible para las investigaciones de titulación de las/os estudiantes de pre y posgrado, quienes pueden realizar sus observaciones y experimentos tanto in situ como en laboratorios debidamente equipados.
La Universidad Andrés Bello cuenta con un centro de investigación marino de primer nivel ubicado en la localidad de Quintay en la Región de Valparaíso. Este centro fue construido en las ruinas de una ex-ballenera del siglo pasado. En CIMARQ actualmente se realizan investigaciones marinas y acuícolas. “Es un lugar estratégico para nuestros estudiantes debido a que es ahí donde realizamos clases, prácticas y tesis y es un lugar fantástico porque tanto profesores como alumnos pueden pasar días realizando actividades propias de la carrera. Esto es muy importante para la formación de nuestros estudiantes”, agrega el docente de la U. Andrés Bello.
Todas estas características antes dichas han hecho que a nivel regional Chile se haya posicionado como uno de los grandes polos de desarrollo de las Ciencias del Mar en Sudamérica, reconocimiento que con el tiempo se ha extendido a nivel mundial.