Desde apostar por la generación de energía limpia y un transporte público más sustentable, a reducir los desechos plásticos, Chile está liderando a nivel regional en iniciativas que buscan proteger y cuidar el medio ambiente.
En mayo de 2022, el Senado chileno aprobó la integración del país al Acuerdo de Escazú, el primer tratado ambiental de América Latina y el Caribe, que busca cambiar la institucionalidad ambiental y adecuarla a la situación climática, hídrica, social, económica y cultural de los territorios.
Uno de sus principales focos está en impulsar los derechos de acceso a la información ambiental, a la participación en asuntos ambientales y a la justicia en materia ambiental, que nos permitan garantizar el derecho humano al medio ambiente sano.
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La Política Exterior Turquesa contempla diversos objetivos y prioridades que posicionan a Chile como un actor relevante en la mitigación del cambio climático, la protección del océano y los ecosistemas, con especial énfasis en avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible. Esta política pública incluye además la creación del Observatorio del Cambio Climático, entidad que en la actualidad se encuentra recopilando información sobre la crisis climática, poniéndola a disposición de la comunidad internacional.
Chile se ha comprometido a alcanzar la carbono neutralidad a 2050, es decir, que las emisiones de gases de efecto invernadero -responsables del cambio climático- sean iguales o menores que las absorciones de dichos gases por parte de la naturaleza. Uno de los pilares principales para cumplir este objetivo consiste en transitar hacia una matriz energética limpia y dejar los combustibles fósiles en el pasado, por lo que Chile se ha propuesto cerrar progresivamente las centrales a carbón y aumentar la construcción de plantas de energía renovable no convencional.
La privilegiada geografía chilena le permite al país contar hoy con Cerro Dominador, la primera planta termosolar de Latinoamérica, y próximamente con Horizonte -actualmente en construcción-, la que se convertirá en la planta eólica más grande de la región. De igual forma, la primera planta de Hidrógeno Verde en nuestro país, Haru Oni, produjo los primeros litros del combustible sintético en diciembre de 2022, tres ejemplos de cómo nuestro país avanza en el cuidado del entorno y mejora de la calidad de vida de las personas.
En mayo de 2024, el gobierno dio a conocer el Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030, con 81 acciones para desplegar una industria que concilie desarrollo económico y de las comunidades, así como el respeto por el cuidado del medio ambiente.
La geografía de Chile ofrece ventajas para el desarrollo de energías renovables, permitiendo que Magallanes y Antofagasta -con su capacidad eólica y radiación solar- se perfilen como regiones estratégicas para el desarrollo de este combustible y llevar al país a convertirse en uno de los productores más competitivos del mundo, que proyectan inversiones por US $475 mil millones en los próximos diez años.
Chile está aprovechando sus credenciales progresistas en materia de energías renovables para consolidarse como un importante actor diplomático en las negociaciones internacionales sobre el clima. Chile copatrocinó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP25 en Madrid en diciembre de 2019, acogió la Conferencia Ministerial sobre Energía Limpia en diciembre de 2022 y lanzó la coalición “Américas por la Protección de los Océanos” en la IX Cumbre de las Américas en junio de 2022.
Chile está apostando por un transporte público sostenible. A diciembre de 2023, Santiago contaba con una flota de 2.200 buses eléctricos, siendo la ciudad con la mayor cantidad de este tipo de vehículos en América Latina y una de las más numerosas a nivel mundial, solo superada por las ciudades chinas.
En su reciente Cuenta Pública, el Presidente Boric destacó que la electromovilidad también está presente en ciudades como Antofagasta y Rancagua, y que al 2025, Copiapó se transformará en la primera ciudad de Sudamérica con el 100% de su flota conformada por buses eléctricos.
Actualmente, Chile cuenta con 10 parques y 5 reservas marinas, lo que se traduce en cerca de 1.500.000 km2 protegidos oficialmente. Esta cifra representa más del 40% de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) nacional, hecho que le ha valido a nuestro país el reconocimiento de la comunidad internacional.
Sumado a esto, Chile mantiene una serie de alianzas internacionales enfocadas en la protección de los océanos, entre las que se cuentan la Alianza Internacional contra la Acidificación de los Océanos, la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Recientemente, la ratificación del Acuerdo sobre la Biodiversidad Marina más allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ por su sigla en inglés), tratado que tiene como fin convertir al 30% de los océanos del mundo en áreas protegidas, de aquí al 2030.
Permite institucionalizar la lucha contra el cambio climático como una política de Estado, lo que implica que el enfoque ecológico sea integrado en las decisiones de todos los ministerios. La norma establece como meta nacional que el país sea carbono neutral a más tardar el 2050, lo cual será revisado cada cinco años para determinar si se adelanta dicho objetivo.
Asimismo, se plantea como meta que el país sea resiliente al clima, es decir, que sea capaz de adaptarse a los efectos del cambio climático en los territorios. De este modo, se busca apuntar hacia un desarrollo cuidando la naturaleza.
La transición energética de Chile ha sido ampliamente apoyada por partidos de todo el espectro político y respaldada por el público. Según el Estudio de Orgullo Chileno, un 67% manifiesta “alto orgullo” por las acciones de protección de las áreas marinas y costeras, y un 59% destaca como motivo de orgullo la conservación de especies y diversidad.
Chile ha demostrado un compromiso sobresaliente con la protección y cuidado del medio ambiente, como lo demuestran sus destacadas evaluaciones en diversos rankings internacionales. En el informe The Climate Change Performance Index 2024, el país se sitúa en el primer lugar de América Latina, con la 11º posición a nivel mundial.
Asimismo, en el prestigioso índice The Green Future Index 2023 del MIT, Chile se ubicó en el tercer lugar de América Latina. Estos logros evidencian los esfuerzos significativos que Chile está realizando para abordar el cambio climático y promover un futuro más verde y sostenible.