El 28 de octubre se celebra el Día Mundial de la Animación, una fecha que conmemora la primera proyección pública del Théâtre optique (Teatro Óptico) del francés y pionero en la animación Émile Reynaud. La proyección, que fue realizada en el Museo Grevin de París en 1892, incluyó tres cortometrajes titulados ‘El pobre Pierrot’, ‘Un payaso y sus perros’ y ‘Un buen bock’.
Hoy, 128 años después de que Émile Reynaud hiciera historia, se celebra a un rubro que hace algunos años ha tomado mucha fuerza en Chile. En la actualidad, son varias las productoras audiovisuales nacionales que han logrado posicionarse en el extranjero gracias al contenido, la creatividad y calidad estética de sus films. El talento de los creadores y la profesionalización del rubro, fueron algunas de las claves que hicieron que la animación chilena se comenzara a posicionar y saliera a conquistar el mundo.
El punto de inflexión para la industria de animaciones made in Chile, llegó el año 2016, cuando el cortometraje ‘Bear Story’ (‘Historia de un Oso’) se convirtió en la primera producción chilena y la primera animación de Latinoamérica en ganar un Óscar, pasando así a ser una industria reconocida nacional e internacionalmente. Este histórico hito fue el impulso necesario para mostrarle al mundo el talento y el trabajo de los equipos tras las producciones animadas en Chile.
Conversamos con Niles Sallah, de la productora audiovisual Diluvio, sobre por qué el rubro de la animación está gozando de tan buena salud y cómo es que en los últimos años nuestro país se ha logrado posicionar en el escenario mundial como un competidor respetable a la hora de producir material animado. Según el cineasta, son varios los cambios que han permitido mejorar la industria de la animación en Chile. Entre ellos, primero, se encuentra el fin de la barrera de la tecnología y la digitalización. En palabras del artista, “hace más o menos 20 años atrás que el rubro empezó a democratizarse, por el cambio de la tecnología, por la cantidad de cámaras y procesos digitales. Eso ha significado un cambio muy grande, y en las últimas dos décadas, la industria ha surgido por eso: ahora hay gente haciendo películas con teléfonos y es rápido, barato y accesible”, detalla Sallah.
Otro factor que ha potenciado la calidad de las producciones nacionales, ha sido, según Álvaro Ceppi de la productora Zumbastico, la profesionalización del rubro, lo que hace que haya una gran cantidad de artistas preparados y talentosos. “La animación chilena ha crecido muchísimo en los últimos 20 años. Desde un lugar donde solo se hacían comerciales, a uno con ideas propias que se producen desde talentosos artistas chilenos, capacitados incluso antes que hubieran escuelas. Los primeros fueron autodidactas, ahora hay siete escuelas de animación solo en Santiago”, explica Ceppi.
Asimismo, la disponibilización de fondos como el Fondo Audiovisual, el del Consejo Nacional de Televisión, Corfo, entre otros, ha permitido impulsar y activar esta industria. “Se ha generado un círculo virtuoso entre mejor calidad, formación académica, mayor producción por el apoyo estatal, y por consecuencia, internacionalización”, señala el productor de Zumbastico.
La animación chilena ha logrado crecer y desarrollarse, posicionándose internacionalmente como un producto de buena calidad tanto a nivel técnico como de contenido creativo. Producciones como ‘Hostal Morrison’ (Productora Pájaro) y ‘Puerto Papel’ (Zumbastico Studios), entre otras, han llegado a ser vistas en todo el mundo. En ese mismo sentido, Álvaro Ceppi reconoce que “es importante entender que a pesar de que nosotros [los chilenos] no tenemos una historia previa en la animación internacional muy reconocida, sí en los últimos años se ha logrado generar una presencia muy importante en festivales, mercados, etc, debido obviamente al apoyo público y privado”.
Productoras Made in Chile que la están llevando
Entre algunas de las principales productoras de animación chilenas, que están marcando pauta, se encuentran: