Cambio climático, resiliencia y adaptación del ecosistema antártico son algunas de las áreas de estudio que buscan fortalecer y profundizar el conocimiento sobre el entorno polar.
El 30 de agosto de 1916 tuvo lugar la primera acción del Estado chileno en la Antártica que consistió en el rescate del piloto de la Armada de Chile, Luis Pardo Villalón, a la tripulación que participaba en la expedición imperial transantártica liderada por Sir Ernest Shackleton.
Hoy, 106 años después, nuestro país está presente en el Continente Blanco con 14 bases y refugios en diferentes partes del territorio antártico chileno. En 1964 se creó el Instituto Antártico Chileno, el cual tiene como parte de sus objetivos incentivar el desarrollo de investigación científica en la zona. Actualmente el Programa Nacional de Ciencia Antártica cuenta con 7 líneas de investigación:
Su objetivo es entender los patrones actuales de diversidad biológica para así diferenciar entre los impactos de procesos a partir de señales del pasado, y comprender y desarrollar escenarios futuros con un enfoque multidisciplinario. Estas investigaciones han permitido evaluar la contribución de los cambios ambientales en los procesos evolutivos tanto en los ecosistemas marinos como terrestres.
Umbrales antárticos: resiliencia y adaptación del ecosistema
El océano Austral y el continente antártico no son inmunes a los efectos de las actividades de los seres humanos. El aumento de la temperatura atmosférica y de la superficie del mar, la retracción del hielo, la acidificación de los océanos, los cambios en los regímenes de viento, la contaminación por plásticos y la creciente presencia humana son fenómenos observables cuyas tendencias se hacen más evidentes año tras año. Esta línea estudia cómo se han adaptado los organismos antárticos a las condiciones particulares de esta región y cómo podrían responder a los cambios ambientales.
La amenaza de una crisis climática global desafía urgentemente tanto la capacidad de la humanidad para comprender los aspectos clave de los recientes cambios ambientales como para tomar medidas. Estos proyectos de investigación se enfocan en responder preguntas asociadas a la variabilidad climática en diferentes escalas temporales y espaciales, considerando la caracterización de los procesos y la variabilidad de la criósfera y las interacciones con los geosistemas terrestres, atmosféricos y oceánicos asociados.
Los proyectos de esta línea de investigación se centran en el estudio y la comprensión de las interacciones entre el medio terrestre y el criosférico. Buscan el conocimiento de los procesos que ocurren dentro y en las interfaces de los sistemas terrestres, oceánicos, criosféricos y atmosféricos del planeta. Esta área también integra proyectos en las disciplinas de física espacial y observación astronómica.
Esta línea de investigación considera las características moleculares, metabólicas y fisiológicas de los organismos antárticos, en un esfuerzo por utilizar estos o sus derivados (biomoléculas) para la creación o modificación de productos, aplicaciones o procesos para usos específicos. Estos pueden incluir propuestas de soluciones innovadoras para , problemas como la sequía, la optimización de la energía o las batallas contra bacterias, entre otros.
Promueve el estudio del impacto de la huella humana en la Antártica a través de la detección de compuestos orgánicos persistentes en la fauna y otros compuestos químicos nocivos introducidos a través del turismo, las operaciones logísticas y las actividades científicas. Algunas preguntas que busca responder son: ¿qué consecuencias significativas se observarán de los impactos antropogénicos en el ecosistema antártico?, ¿cómo afectarán los seres humanos y los patógenos a los entornos antárticos y cómo se adaptarán a ellos?, ¿cómo evolucionarán los mecanismos de regulación para hacer frente al creciente ritmo del turismo antártico?
Estas ramas de estudio cumplen un papel esencial en la reflexión sobre el futuro del país y del mundo en lo que respecta a la Antártica. En esta línea se busca responder preguntas sencillas, pero profundas: ¿Cómo podemos distinguir los cambios medioambientales naturales de los provocados por el hombre?, ¿cómo afecta este conocimiento a la gobernanza antártica?, ¿cómo afectarán las presiones externas y los cambios en las configuraciones geopolíticas de poder a la gobernanza y la ciencia antárticas?