El típico Chacarero, el delicioso sándwich chileno compuesto de carne de vacuno, porotos verdes, rodajas de tomate y ají verde, fue seleccionado por la revista Time el año 2014 como uno de los emparedados «más increíbles del mundo». La publicación estadounidense lo destacó por su bajo precio ($7 dólares, o $4000 pesos chilenos, aproximadamente) y por su popularidad en nuestro país, ya que es posible encontrarlo en casi cualquier parte.
Sin embargo, el Chacarero no está solo, y la gastronomía criolla cuenta con un variado abanico de sándwiches que deleitan nuestro paladar. Por lo mismo, quisimos destacar otros siete sándwiches que podrían ser considerados como los más increíbles de Chile, ya sea por su originalidad o su deliciosa simpleza.
Advertencia: el siguiente artículo puede volver agua la boca.
Barros Luco: Llamado así en honor a Ramón Barros Luco, Presidente de la República entre 1910 y 1915, quien frecuentaba el restorán del Club de la Unión en Santiago y pedía que le prepararan un emparedado de carne y queso fundido sobre pan tostado. La gracia del sándwich Barros Luco es que puede disfrutarse a cualquier hora del día, pues hay quienes lo prefieren para almozar, pero no falta el que lo disfruta como once o hasta desayuno.
Chemilico: Una versión más sofisticada, pero igual de sencilla que el anterior. El Chemilico consta de carne a la plancha con un huevo frito encima, enmarcado por dos rebanadas de pan. La clave para prepararlo está en que la yema del huevo no debe coagular, para que se rompa y moje el contenido del sándwich.
Barros Jarpa: Otro emparedado nombrado en honor de un político chileno. Ernesto Barros Jarpa fue un abogado y ministro chileno que también frecuentaba el restorán del Club de la Unión, pero como se dice que siempre andaba apurado, pedía un sándwich más rápido de preparar que el Barros Luco. En vez de carne, solicitaba rodajas de jamón, sin olvidar el queso fundido y el pan de molde tostado.
Sándwich de potito: Famoso y típico sándwich vendido a las afueras del Estadio Nacional después de los partidos de fútbol. ¿Por qué se llama «de potito»? Bueno, pues porque su ingrediente principal es la carne del recto del vacuno o del cerdo, cocida dentro de una especie de wok y cortada en finas tiras. Cebolla frita, ají y, por supuesto, pan, terminan su preparación.
Lomito: Probablemente uno de los sándwiches más consumidos de Chile. Tiernas lonjas de lomo de cerdo fileteadas y bien cocidas son cubiertas por chucrut, coronadas por frescas rodajas de tomate y rodeadas de pan. Esta es la versión clásica. La versión «italiana» consta de lomo, palta, tomate y mayonesa.
Completo: ningún listado de sándwiches chilenos estaría completo sin, bueno, los completos. La versión local de los universales «hot dogs» se caracterizan por tener bastantes más ingredientes que sus pares internacionales: pan y vienesa, acompañados de tomate, salsa americana, chucrut y mayonesa para un completo, o palta, tomate y mayonesa para un italiano, las versiones más populares de este sencillo pero delicioso sándwich.
Churrasco marino: su nombre quizá no sea muy popular en todo Chile, pero para los habitantes de la región de Coquimbo es un clásico. Un sándwich en marraqueta que contiene delicioso pescado frito acompañado de una buena ensalada chilena (tomate, cebolla y ají verde). Sin duda una experiencia culinaria increíble.
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