Conoce una serie de grandes descubrimientos e investigaciones astronómicas realizadas desde Chile, país que posee alrededor del 40% de toda la capacidad de observación de la humanidad.
Con cerca de 90% de noches despejadas al año, los cielos del norte de Chile son un laboratorio natural incomparable para estudiar el cosmos. No por nada las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo concentran gran cantidad de instalaciones astronómicas. El Observatorio Paranal con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO), el complejo más avanzado del mundo, y el Atacama Large Millimeter Array (ALMA), el principal radio observatorio del planeta, ambos en la región de Antofagasta. Por su parte, en Atacama, se erige el observatorio Las Campanas del Instituto Carnegie de Estados Unidos, y en la región de Coquimbo se ubican La Silla (ESO) y el Observatorio Interamericano Cerro Tololo.
Por eso, no es extraño conocer constantemente descubrimientos realizados desde observatorios ubicados en Chile, como fue el caso la semana pasada de un grupo de científicos chilenos que descubrieron lo que podría ser un nuevo planeta, el que tendría cinco veces la masa de Júpiter y estaría a 443 años luz de la Tierra.
A la enorme capacidad astronómica ya instalada en el desierto, en los próximos años se espera el arribo de herramientas que harán que nuestro país pase de albergar el 40% al 70% de la capacidad astronómica óptica terrestre de toda la humanidad: Vera Rubin, el Gigante de Magallanes y el Telescopio Extremadamente Grande, que será el telescopio óptico más grande del planeta.
Hoy hacemos un recorrido por diez grandes descubrimientos e investigaciones que se han realizado desde observatorios instalados en Chile.
La mejor “huincha de medir” por una década: Catalogado como uno de los proyectos más relevantes de la astronomía chilena, el Proyecto Calán-Tololo (1989-1996), un esfuerzo chileno-estadounidense, estudió las distancias en el universo. Este proyecto, donde trabajaron dos premios nacionales de ciencias exactas chilenos, José Maza y Mario Hamuy, generó la que fue por casi una década la mejor “huincha de medir del universo”. Calán-Tololo fue clave para un trabajo posterior que fue premiado con el Nobel de Física 2011, la Expansión Acelerada del Universo.
Primera imagen de un planeta extrasolar: Fue tomada con uno de los telescopios del VLT en el observatorio Paranal, en abril de 2004. Se trata de un planeta gigante, aproximadamente cinco veces mayor que Júpiter.
Primera supernova visible a simple vista en más de 400 años: En 1987 se descubrió desde Las Campanas, la supernova 1987A. Fue la primera visible a simple vista en más de 400 años, ocurrió en la nube grande de Magallanes y su estudio confirmó la teoría de que los elementos como el hierro fueron creados en este tipo de explosiones.
Primera fotografía a un Agujero Negro Supermasivo: En 2019 ALMA-APEX, junto a observatorios de otras partes del mundo, fueron parte del proyecto Event Horizon Telescope. Combinando las imágenes de estos telescopios, se pudo obtener, por primera vez, una imagen del horizonte de eventos del agujero negro supermasivo al centro de la galaxia Messier 87. En este descubrimiento participó Neil Nagar, astrónomo del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).
Una de las primeras enanas café solitaria: En 1987 la astrónoma de la Universidad de Chile y directora del Centro de Astrofísica CATA, María Teresa Ruiz, descubrió la Enana café solitaria bautizada como Kelu, (que significa rojo en mapudungun). Las enanas café comienzan su vida como estrellas, es decir, como bolas de gas, pero no tienen la masa suficiente para generar luz.
La más cercana Supertierra: En enero de 2020 se descubrió “Próxima Centauri c”, exoplaneta ubicado a 4,2 años de luz de la Tierra, y que tiene 6 veces la masa de la Tierra. En composición es más parecida a nuestro planeta, en vez de ser una gran masa de gas como lo son Júpiter o Saturno. Para detectarlo se utilizaron instrumentos ubicados en La Silla y Paranal.
La hermana de la Vía Láctea: Utilizando el telescopio ALMA, en agosto de 2020 un equipo científico descubrió a 12.000 millones de años luz la galaxia más distante de características similares a la Vía Láctea (llamada SPT0418-47).
Evidencia sobre el origen de los agujeros negros: En febrero de 2021, el astrónomo de la Universidad de Chile Andrés Escala, descubrió que los agujeros negros supermasivos, es decir, aquellos cuya masa supera por miles de millones de veces la del Sol, se originan producto del colapso de un cúmulo de estrellas en el núcleo de estructuras gravitatorias galácticas.
La forma del centro de la Vía Láctea: Por muchos años se creyó que la parte central de la Vía Láctea era esférica, sin embargo, en 2010, los estudios liderados por la astrónoma Manuela Zoccali, del Instituto de Astrofísica UC, mostraron que en realidad tiene forma de X.
El Árbol Genealógico de la Vía Láctea: La astrónoma Paula Jofré (quien se desempeña en el Núcleo de Astronomía de la Universidad Diego Portales) escogió 22 estrellas de la Vía Láctea, incluyendo el Sol, para desarrollar el árbol cósmico, estudiando además los 17 elementos químicos que las unen.